Sin duda, uno de los términos de moda es la innovación. Se habla de ella en prácticamente todos los sectores de la economía, ya que es la base del crecimiento de las empresas, no solo de las grandes, sino también de las Pequeñas y medianas (Pymes).
Actualmente, en México hay alrededor de 4 millones 15 mil unidades empresariales, de las cuales el 99.8% son Pymes que se encargan de generar el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 72% de los empleos en el país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Estos números son una muestra de que las Pymes representan una base importante para la economía no solo de México, sino a nivel mundial, por lo que resulta de vital importancia el que utilicen a la innovación como un mecanismo para continuar con su crecimiento.
Destaca que las instituciones del sistema de ciencia y tecnología están orientadas sobre todo a impulsar proyectos asociados al gasto en Innovación y Desarrollo (I+D). Sin embargo, en las Pymes, el proceso de innovación se genera sobre todo a través de otros canales, no necesariamente relacionados con el gasto en I+D, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Así, en el caso de estas empresas, los conocimientos tácitos, los esfuerzos informales y las mejoras incrementables adquieren una mayor relevancia en los procesos de innovación, en comparación con las grandes empresas, según la fuente.
Cultura de innovación en las Pymes, ¿cómo empezar?
Por otra parte, de acuerdo con el World Economic Forum (WEF), los objetivos de innovación tienen que estar al servicio de los planes estratégicos de la empresa y hacen referencia al conjunto de metas que una organización se propone obtener a partir de los esfuerzos destinados a innovar.
Los objetivos pueden vincularse a distintos horizontes temporales. Se pueden establecer objetivos a corto, medio o largo plazo. En cualquier caso, tienen que ser complementarios entre ellos, de forma que la consecución de los primeros ayude a alcanzar los últimos.
Asimismo, y según el WEF, uno de los pasos imprescindibles para la creación de una cultura de innovación en las Pymes, es construir un lenguaje común en torno al concepto de innovación, especialmente, obtener una definición interna de innovación, elaborada por personas procedentes de diferentes áreas, y validada por la alta dirección, que deje muy claro qué es y qué no es innovación para cada empresa en particular.
La claridad del concepto y la ejecución de métodos de innovación al interior de la empresa deberá ser personalizada, concreta y compartida con cada uno de los miembros que integran a la organización.
Ventajas de promover una cultura de innovación en las Pymes
El WEF brinda algunos ejemplos de ventajas que los proyectos de innovación pueden dar a una empresa, sin importar su tamaño:
- Aportar alguna ventaja competitiva a la empresa
- Aumentar el valor de la marca
- Llegar al mercado antes de 24 meses (en caso de un nuevo producto o servicio)
- Fortalecer la estrategia de la empresa
Las Pymes deben aceptar que la innovación es imperativa, especialmente en un contexto como el actual, por lo que es necesario que los líderes escuchen las ideas de sus trabajadores y actúen para asimilar las buenas a través de un cambio gradual, que al final impulse el crecimiento del negocio.