Muchas empresas piensan que tomar algunas iniciativas para modernizar sus ofertas constituyen una estrategia de transformación digital. Estas empresas fallan en no ver el potencial revolucionario que las tecnologías digitales traen.
Así, un número grande de ejecutivos subestima la fuerza con la cual la digitalización afecta el mercado y también la forma cómo las personas se involucran con la tecnología, las empresas y los unos con los otros.
Los errores son más que comunes
Casi todas las empresas del mundo están preocupadas con el futuro. Pero, así mismo, muchas de ellas fallan en sus esfuerzos de innovación y transformación digital.
Mucho de eso tiene que ver con la incompatibilidad que la fuerza digital tiene con relación al mercado tradicional. Involucrando no sólo la economía, sino también a la estrategia de negocios y a los modelos operativos oriundos de la era industrial.
De acuerdo con una encuesta realizada por McKinsey & Co, el 90% de las empresas indicó participar de alguna forma de digitalización, pero solamente el 16% contestaron con una estrategia audaz y en escala.
Los líderes son conscientes de los problemas y saben que es preciso transformarse, pero tienen dificultades en identificar las acciones necesarias. Por eso, hemos enumerado los 5 principales errores que solemos cometer en una estrategia de transformación digital.
Pensar que la transformación digital involucra solamente la tecnología
Es común, cuando empezamos a estudiar sobre la innovación digital, pensar que la transformación se produce alrededor de la tecnología, cuando, en realidad, la tecnología es solo un catalizador de los cambios ocasionados por la digitalización.
Nosotros creamos la tecnología y luego la tecnología nos transforma. La revolución digital, aunque ha comenzado a través de la tecnología, caracteriza un cambio cultural de toda la humanidad.
No establecer un sentido de urgencia
Cualquier transformación abarca la intensa cooperación de mucha gente, lo que involucra sacarlas de su zona de confort, lo que exige disciplina y sentido de urgencia.
Al observar la competitividad del mercado, las tendencias tecnológicas y las potenciales oportunidades y amenazas en los mercados emergentes, es posible encontrar señales de crisis e innovaciones que pueden ser muy sensibles al tiempo. La única forma de obtener éxito con la transformación es encontrar un sendero para que se pueda comunicar esa información de manera amplia y significativa, motivando la acción inmediata de los stakeholders de la transformación.
El mandato común de los administradores es mantener las ganancias y minimizar los riesgos con el modelo de negocio actual. La transformación exige un cambio radical en la forma operativa de la empresa, pues pequeñas alteraciones en el modelo no son capaces de traer resultados significativos.
Para que la transformación ocurra realmente, necesitamos líderes en lugar de gestores. Muchas veces las transformaciones arrancan bien cuando dirigidas por un nuevo gestor que es, a la vez, un buen líder y entiende la necesidad de reorganización inmediata.
No comprender la economía digital
La economía digital resulta de miles de millones de conexiones constantes entre personas, datos y negocios. La hiperconectividad soporta la economía digital que representa el crecimiento de las interconexiones provenientes de la internet, tecnologías móviles y hasta de la internet de las cosas.
Esta hiperconexión está transformando la forma como interactuamos los unos con los otros y con los negocios. Techcrunch, uno de los principales portales de economía digital, divulgó la siguiente observación:
“Uber, la mayor empresa de taxis del mundo, no tiene vehículos. Facebook, el mayor creador de contenido del mundo, no crea contenido. Alibaba, el minorista más valioso del mundo, no tiene inventario. Y el Airbnb, mayor proveedor de alojamiento del mundo, no posee inmuebles. Algo interesante sucede.”
La economía digital se refiere a las actividades económicas que utilizan la información y el conocimiento como factores centrales de producción. Este tipo de economía genera nuevas formas de interacción social con beneficios creados por la innovación tecnológica estimulando el crecimiento económico y la creación de oportunidades.
No tener visión
A diferencia de un plan de negocios detallado con números y estadísticas, la visión puede parecer un poco confusa al principio y solo convertirse en una estrategia después de un cierto tiempo de trabajo. Esto suele ocurrir porque, a diferencia de los planes rígidos que te llevan 5 años, la visión no trabaja con la suposición de que el futuro será igual al presente.
No es necesario acertar el punto exacto donde queremos llegar, pero sí saber la dirección hacia la cual debemos mover nuestros esfuerzos. Construir un puente al mismo tiempo que lo cruzas puede parecer insensato al principio, pero sin una visión clara los esfuerzos para la transformación pueden ser confundidos con tareas sin sentido y proyectos incompatibles que pueden no llevar a ninguna parte.
Conoce más sobre la estrategia de transformación digital y descubre el impacto que ella tendrá en tu negocio, para que prepares tu empresa para el futuro.